¿Te imaginas vivir rodeado de bosque, con el canto de los pájaros como despertador y una piscina en el jardín como rutina diaria? Esta casa en Vallvidrera no es una escapada de fin de semana. Es tu día a día.
Aquí, la naturaleza no es un fondo, es protagonista. Cada rincón de esta casa respira luz, calma y conexión con el exterior. Cada planta se abre al paisaje, como si toda la casa flotara sobre el verde. El salón principal invita a tardes de juegos, películas o siestas infinitas. La cocina, amplia y hecha a medida, es de esas que inspiran cenas improvisadas con amigos.
Lo mejor: todo esto está a solo unos minutos de Barcelona. Sin renunciar a la ciudad, pero sin sufrirla.
La casa se distribuye en 3 plantas:
Planta 0 (entrada): donde se ubica la zona de aparcamiento para hasta 4 coches, bajo el voladizo de la casa. Ya en el interior, encontramos 1 habitación que se utiliza como despacho , 1 baño, un área de taller y un trastero.
Planta 1: donde encontramos 2 habitaciones y 1 cuarto de baño (todas las habitaciones son exteriores y con salida a una terraza trasera). 1 zona intermedia polivalente (actualmente utilizada como una zona de juegos para los niños). Desde aquí, hay una zona de paso que da acceso a una terraza trasera, solo para la zona de barbacoa. En el otro ala de la planta 1. encontramos el salón. la zona de comedor y la cocina. Desde el salón tenemos acceso directo a nivel a la terraza , permitiendo utilizarla en el día a día en modo "dentro-fuera", ya que está perfectamente integrada. Desde esta terraza, tres escalones nos llevan a la piscina.
Planta 2: donde se encuentran 2 habitaciones con 1 baño compartido y 1 habitación principal, con 1 baño en suite, vestidor (walk-in) y terraza propia.
Por toda la casa encontramos detalles constructivos que nos dejan adivinar el gusto y el cuidado con que fue construida en 2007.
Las ventanas al sur, más pequeñas o más bajas, para evitar el exceso de insolación, las ventanas a norte, grandes, para dejar pasar la luz tamizada. La ventilación cruzada, excelente. La mejor forma de airear y mantener sana una casa. Los acabados en bruto de sus materiales de construcción, sin artificios. Duraderos, de calidad. Y detalles diferenciadores, como las teselas verdes de la piscina, que le otorgan una personalidad única y la integran mejor con la naturaleza que rodea la casa. También están muy cuidados y pensados los diferentes accesos a la casa desde el jardín y la piscina, con un espacio de terraza intermedia perfectamente conectado con el salón para vivir un cómodo y confortable "dentro-fuera". Todo ello hace de esta casa una propiedad única y muy disfrutable, lista para entrar a vivir.
Porque vivir bien no tiene que ser complicado. Solo tiene que ser aquí.
¿La vemos?